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sábado, 25 de diciembre de 2010

LA BATALLA DE JAVALAMBRE

La Batalla del Javalambre fue una operación militar de iniciativa republicana contra la línea de avance de los nacionales desde Aragón hacia Valencia, desarrollada en el mes de septiembre, en las postrimerías del verano del 38. Desde su inicio en los altos del Javalambre el objetivo del ataque republicano era doble, cortar la carretera  general de Sagunto-Burgos y la línea del ferrocarril paralela a ella, y embolsar a las tropas franquistas de la zona de Levante, parapetados en la línea de resistencia XYZ . Por otro lado pretendían con esta acción obligar al general Franco a desplazar efectivos militares desde la zona del Ebro, distrayendo así tropas nacionales y descongestionar a las unidades republicanas que allí combatían muy agobiadas por el trascurrir de la guerra. Pero ninguno de estos dos objetivos republicanos se pudo conseguir, y la ofensiva terminó en un estruendoso fracaso a pesar del éxito republicano inicial. Tanto los motivos del éxito de los nacionales como los del fracaso  republicano, son los que el lector puede ir analizando y comprendiendo a medida que profundiza en la lectura de esta investigación, y que su autor, de una manera muy expositiva, nos describe a lo largo de todo este libro.

 Pocos conocerían esta batalla del Javalambre de no haber sido por el gran empeño y afán investigador del autor, BLAS VICENTE MARCO, y por recuperar esta historia que, como tantas otras, tal vez el tiempo hubiera sepultado. Esta misión se ha llevado a cabo con un gran esfuerzo personal y familiar, que, compaginado con su trabajo laboral de cada día, le da un gran mérito y valor añadido al presente libro y a su autor. Ha robado tiempo al tiempo aprovechando cualquier hueco en su vida, ha husmeado y rebuscado en archivos, preguntado y escarbado en las memorias, localizado cualquier residuo histórico que pueda quedar en el entorno del Javalambre y organizado un exhaustivo estudio de la batalla que difícilmente pueda ser mejor estudiada, analizada y desmenuzada. Leer el presente libro le va a supone al lector meterse  en cuerpo y alma en la sierra callada de Javalambre: acercarse a Manzanera, a los Olmos o a las Alambras; recorrer la Muela de Sarrión; entrar en Albentosa: subir al vértice de la Creventada y al Alto del Buitre o descender  a la zona del Estrecho; visitar las masadas, Peña Blanca o la loma de Pelamozos; acompañar a los  soldados hasta las fuentes del Cañuelo y del Enebro; descender por empinados barrancos y recorrer olvidadas sendas  junto a las piezas de artillería, y acompañar a las tropas hasta la caseta del Pescater. Todos ellos lugares y parajes que el autor no sólo ha estudiado, sino que conoce muy bien desde niño, y aprovecha para hacer pasear al lector a través de ellos ofreciéndole una gran concreción topográfica, precisada casi metro a metro, para dar una visión muy cercana y viva de aquellos acontecimientos. Paso a paso, minuto a minuto, nos mete de lleno en  la misma batalla y consigue que nuestra imaginación vuele hasta el pasado  por los lugares donde el silencio fue roto por obuses y morteros y las vidas arrancadas de su juventud. Sólo nos faltaría oír los gritos de los jefes y oficiales arengando a sus unidades, o escuchar las órdenes de los generales Varela, Matallana, Bautista o Escámez; todo lo demás, hasta los  lamentos y gritos de dolor de los soldados heridos, seremos capaces de imaginar siguiendo los minuciosos detalles del trascurrir de la batalla."

http://www.youtube.com/watch?v=1mFhuWVuo2I&feature=youtube_gdata_player

Para adquirir el libro os podeis poner en contacto con la siguiente direccion: batalladejavalambre@gmail.com. El precio es de 20€.

domingo, 5 de diciembre de 2010

PRIMEROS ENFRENTAMIENTOS NACIONALES DE LAS COLUMNAS AGUADO Y PEREZ DEL HOYO EN AGOSOTO DE 1936.

Durante la mitad de Agosto de 1936 se llevo acabo una contraofensiva por parte del ejercito sublevado sobre la localidad de Sarrion que desde el día 29 de Julio había sido tomado por las columnas milicianas que avanzaban desde Valencia y Castellón.


Teruel que aun pertenecía a las fuerzas sublevadas, estaba guarneciéndose para un ataque de las columnas milicianas que ya se encontraban en las localidades de Sarrion - Puebla de Valverde.
El coronel Civera que en esos momentos aun se encontraba en Teruel ordeno a la columna del comandante Virgilio Aguado y a la de Pérez del Hoyo que retuvieran a las fuerzas y las hicieran retroceder.
La columna Aguado estaba compuesta por 200 soldados de distintas armas y cuerpos, 150 voluntarios de Teruel, 250 guardias civiles y también disponían de una batería de artillería pesada y algunas ametralladoras, como medios materiales de armamento.
La otra columna la de Pérez del Hoyo que contaba con menos efectivos , marcho por la carretera de Teruel a Castellón , y la de Aguado por la de Teruel a Valencia.
Sobre el mismo tiempo ambas columnas dieron vista al enemigo y comenzaron los primeros combates a primeras horas de la mañana. El enemigo se situaba entre las vías de comunicación en donde se habían parapetado en unas trincheras recién construidas. Las columnas republicanas contaban con una mayor superioridad en efectivos y en armamento bélico.
En la columna Aguado iban como conocedores y practicantes del terreno, el ingeniero de Caminos don Cesar Luaces Cañedo, el sobreguarda forestal Atanasio Pérez Baeza, y el peón caminero Benito Tello Villanueva.
A mitad del día se unió al combate la columna Pérez del hoyo que acababa de combatir en Vallbona y ya sufría un importante desgaste, por la perdida de varios integrantes.
Sobre las tres de la tarde, los milicianos republicanos que habían resistido desde primeras horas de la mañana se encontraban en mucho mayor desgaste y con grandes bajas y perdidas de armamento.
Empezaron pues una retirada desordenada hacia la carretera de Mora de Rubielos.
Durante esta retirada los nacionales decidieron emprender una persecución tras ellos y a media mitad de camino apareció la Aviación republicana, compuesta de tres escuadrillas de bombardeo y varios aparatos ligeros provistos de ametralladoras. En ese preciso instante cuando ambas columnas sublevadas se encontraban juntas fueron blanco fácil para los aparatos que causaron cientos de bajas y dejaron a muy pocos efectivos.
 En aquel critico instante las fuerzas republicanas que habían retrocedido fueron reforzadas por diferentes fuerzas que provenían de Valencia y Castellón y decidieron volver a seguir contratacando.
  El comandante aguado, el ingeniero de caminos, el sobreguarda forestal y el peón caminero emprendieron una retirada y se atrincheraron en la casilla de este último situada a un kilómetro de Sarrion. Una vez se parapetaron en la casilla de peones resistieron haciendo centenares de bajas durante mas de tres cuartos de hora. Finalmente una pieza de artillería que se situaba cerca del pueblo hizo fuego directo sobre la casilla que estaban utilizando como fortín y la redujo a escombros y llamas tras una tremenda explosión. No hubo supervivientes, fallecieron todos.
El pueblo volvió a estar en manos republicanas y las columnas republicanas avanzaron junto a la “segunda columna”, y “la columna de hierro” hasta situarse a pocos Km de Teruel junto a Puerto Escandón.
Sobre Diciembre de 1938, en el cementerio de Sarrion, unas coronas de laurel y unas emotivas palabras hicieron recuerdo al comandante Aguado, al ingeniero Luaces y a los dos funcionarios civiles; que fallecieron resistiendo en aquel fortín de peones camineros.